Zuera prejuicios
Entrar en la cárcel siempre es entrar en la cárcel, por más que llevemos haciéndolo -desde 2018- más de cinco veces al año. Y por más que cada experiencia, desde aquella primera en Alcalá Meco -incluso antes de que naciera este Ciclo Social-, refuerce nuestra seguridad de tener que seguir yendo.
Casi un centenar de internos de diversos módulos del macro centro penitenciario de Zuera se dieron cita en el amplio salón de actos del recinto para asistir -algunos no por primera vez- a una acción que los convierte en protagonistas silenciosos de las reflexiones que se comparten y que logra comprometerlos con una mejor versión en la que casi nadie cree. En muchas ocasiones, ya ni ellos mismos.
Se les mira a los ojos y se les invita a identificarse con los mensajes que la charla proyecta. La hora se hizo corta y la emoción volvió a levantar a los asistentes de sus butacas al terminar. Seguiremos entrando despojados de prejuicios. De los pies a la cabeza.