Un refugio llamado Apip Acam
Nuestra tercera acción en 2019 del ciclo social ‘HashtagQUI’ -destinado a recuperar cada individualidad para su causa personal y para la causa colectiva, liberándonos de las etiquetas que nos repartimos entre todos y, a todos, nos terminan envolviendo y reduciendo- tuvo lugar ante una treintena de usuarios de la Fundación Apip Acam en Zaragoza, así como ante una nutrida representación de sus distintos profesionales.
Esta entidad social, con origen en Barcelona y sedes en Zaragoza y Valencia, es el resultado de la fusión en 2011 de sus respectivas instituciones matrices: APIP (Asociación para la Promoción de la Inserción Profesional, 1982) y ACAM (Asociación Cívica de Ayuda Mutua, 1982). De dilatada trayectoria y naturaleza privada, aunque con permanentes lazos de colaboración con la administración pública y la ciudadanía, sus muy diversos ámbitos de actuación confluyen en la atención, orientación, formación y hasta inclusión sociolaboral de personas con diversidad funcional, y de cualquier otro colectivo en situación de riesgo de exclusión. Su implicación y buenas prácticas ante la actual crisis humanitaria de los refugiados ha mejorado, si cabe, su consideración general.
En nuestro encuentro, se propuso una reunión con usuarios del taller ocupacional, un grupo de jóvenes de minorías étnicas y un tercer conjunto de adultos que participan en programas de mejora de la empleabilidad. Resultó un ambiente de absoluta cohesión y de rica convivencia de la diversidad, de todos con todos, seamos como seamos. Como debería ser para hacer del mundo el mejor de los refugios.