Lalo cede, Alcaraz busca y Biel encuentra
Cuando se busca, se vive la posibilidad de encontrar. Es difícil hallar algo distinto cuando te prohíbes explorar o cuando lo haces ensayando lastimosas vueltas en círculo. El Zaragoza, antes de Idiakez y ahora de Alcaraz, parecía secuestrado por la determinación -mínimo- de la dirección deportiva en jugar de un solo modo, aunque ese modo acumulase ocho jornadas de Liga sin vencer y el equipo estuviese ya despeñándose en puestos de descenso a Segunda División B, tras atesorar apenas tres puntos de 24 posibles. Por primera vez en toda la temporada, el equipo aragonés se ordenó con tres centrales, dos carrileros, un doble pivote, un enlace y dos delanteros: un 5-3-2 que solventa la falta de un centrocampista puro de banda derecha en la plantilla actual y que abriga mejor al equipo ante la plaga de ausencias y, peor, de resultados positivos. Se ganó tras muchas semanas, se remontó un resultado adverso desde una fecha que escapa a cualquier memoria, se incorporó a la causa a dos canteranos que parecían los últimos efectivos de la plantilla, se demostró que nunca hay una única manera de jugar y, lo más importante, se escapó de una zona de descenso que venía quemando corazones los últimos ocho días.
Pep Biel y su sedoso zurdazo ocuparán hoy portadas y titulares con todo merecimiento. Si hay algo que define una vida es ser capaz de aprovechar la primera oportunidad que te llega, nunca sabes si va a ser la única. Y el chico lo hizo…
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