Julián y un soto real

En Soto del Real, como en todos los centros penitenciarios, hay de todo. Ni todos los malos están dentro, ni todos los que estamos fuera somos buenos. La fortuna, la mala, cometer un solo error -a veces inconsciente y otras obligado por tus propias circunstancias- puede pagarse muy caro y comprometer el resto de tu vida.

Las responsabilidades se asumen, por supuesto. Así debe ser. Pero no asumamos, quienes hemos podido nacer en la parte soleada de la sociedad, que estamos por encima de cualquier otra realidad. ¿Quién sabe qué errores hubiéramos cometido, o tenido que cometer, cada uno de nosotros en el caso de una peor puntería en nuestra casilla de salida?

Con esta mentalidad nació en 2018 un Ciclo social ‘De los pies la cabeza’ que, gracias a Eurofund Group, ya está cerca de alcanzar los siete años que vida y que roza el medio centenar de ingresos voluntarios en distintas prisiones de nuestro país. En noviembre, de la mano de Solidarios para el desarrollo, compartimos el mensaje inspirador de nuestra charla ante una treintena de internos del módulo de Respeto de este centro madrileño.

La convivencia con ellos nos permitió conocer a Julián, un guarda forestal, que ha aceptado vivir sus años de condena cuidando y mejorando las zonas verdes comunes, dándoles el aspecto que sólo un profesional es capaz. Un auténtico y muy real soto dentro de Soto del Real.

 

 

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