Ingresamos en la prisión de Zuera durante los meses que dure la pandemia
A finales de este 2020, recién estrenada la segunda quincena de diciembre, accedimos al centro penitenciario de Zuera. Podríamos decir que se trata de una costumbre, ya que venimos haciéndolo desde el inicio de este ciclo socioeducativo, en abril de 2018. Pero aquí, obligados por las medidas sanitarias y de distanciamiento social, lo hicimos de un modo absolutamente novedoso. No acudimos presencialmente, ni salimos a las dos o tres horas de haber ingresado. Lo hicimos de manera virtual, por medio de una grabación de una hora, que contenía nuestra charla de motivación ‘De los pies a la cabeza’ y que será proyectada a centenares de internos durante los próximos meses, hasta que la pandemia cese y vuelvan a estar permitidas las acciones en persona.
Se estima que en torno a 250-300 internos, de numerosos módulos, irán visionando y trabajando las reflexiones y los mensajes que en la videoconferencia se comparten desde ahora hasta el final de la próxima primavera. Comenzarán con los cuatro primeros módulos, quizá los que reúnen los casos individuales más delicados y de mayor aspereza. Y se le dará continuidad, siempre de manera gradual y voluntaria, en el resto de módulos con el paso de las semanas y de los meses (será ofrecido incluso a aquellos casos que viven en el extremo régimen de aislamiento) y el recorrido acabará con aquellos internos que conforman el formativo módulo de respeto, habituales receptores de esta actividad antes de que el covid-19 llegara a nuestras vidas.
Aceptar, adaptarse y seguir viviendo. Siempre. De los pies a la cabeza.