Entender el juego sin haberlo jugado. La historia de Javier Hernández Aguirán
El 22 de enero, nuestro óptimo responsable de comunicación ensayó a la perfección unas lineas sobre la trayectoria personal y profesional de nuestro presidente, Javier Hernández Aguirán, poniendo el foco en su complete formación y experienca deportiva. Ello tuvo eco en el magazine Perarnau, del que reproducimos unas pinceladas:
«Cualquier persona nacida en Europa, hombre o mujer, ha jugado al menos una vez al fútbol durante su infancia. Da igual si le gustaba o no. Era indiferente si tenía condiciones o no. El bombardeo mediático y la actitud de la mayoría le llevaba hasta allí.
Quizá podríamos pensar que un chico nacido en Zaragoza hace algo más de treinta años lo tendría, pese a todo, peor que los demás. Al fin y al cabo, vino al mundo sin brazos y con una pierna más corta que la otra. Lo que, a primera vista, complicaba sobremanera que en EGB (sí, existió, no es un libro) se uniera a sus amigos en el patio para dar unas patadas.
Ignoro cómo fue su primer día de colegio. Cuándo se acabaron las miradas de extrañeza de los niños (que, dicho sea de paso, se acostumbran a todo mucho antes que los mayores). Y, sobre todo, qué día decidió que él iba a colocarse en la mediapunta del equipo de su clase. Pero todo eso ocurrió. Y lo que es más importante: siguió ocurriendo.
Dice Javier Hernández que lo importante el juego es entenderlo, no practicarlo. Que por eso un señor de cien kilos es capaz de asfixiar a un jovencito de sesenta haciéndole correr por una pista de squash mientras él no se mueve de la cruz central. O que gracias a ello Pau Gasol ha evolucionado en una liga donde otros perfiles más dominantes estaban llamados a comérselo con patatas (…)