El rombo desfigura al Zaragoza
El Zaragoza se ha convertido en una caricatura de su entrenador, mucho más cabezudo que gigante por ahora. El empeño de Imanol Idiakez por imponer un rombo en el mediocampo, como único sistema de juego, está haciendo resbalar al equipo en la clasificación tras un arranque prometedor y su continuidad en el banquillo ya es, con total legitimidad, sujeto de todos los debates en torno a la actualidad del conjunto aragonés.
El rombo ya alcanza la consideración de dos rombos: poco recomendable su visionado y, por momentos, hasta censurable su emisión. Digamos que es una figura táctica que desfigura la personalidad y la técnica de muchos de sus futbolistas. Quizá pudiera tratarse del sistema más adecuado para una plantilla en luna llena de efectivos disponibles -está lejos de ser el caso-, así como de estados de forma; es muy posible que se haya configurado en torno a esta idea y que la llegada de un convencido de ese sistema haya buscado impulsarla como marca registrada del proyecto deportivo que encabeza Lalo Arantegui. Seguramente.
SEGUIR LEYENDO EL ARTÍCULO EN ALACONTRA