De Poble Sec a Alcañiz, de la niñez a la juventud
El ciclo social ‘HashtagQUI’, que trata de hacer pedagogía para liberarnos de las etiquetas que, entre todos nos repartimos, y a todos nos envuelven y reducen, visitó, en menos de 24 horas, dos centros educativos muy dispares y separados por más de 200 kilómetros.
Medio centenar de niños y de niñas del colegio público Poble-Sec en Barcelona, de apenas nueve años y orígenes de lo más diverso, se convirtieron en el grupo asistente más joven en la historia de esta propuesta de conferencia, incluyendo los cinco años anteriores a este ciclo concreto. Se sabe que esta iniciativa no nació con el impulso principal de dirigirse a los más niños, porque creemos que los más niños deben aprender experimentando y sintiendo, conviviendo con compañeros de todo tipo y condición para, pasado el momento inicial de sorpresa, su naturaleza joven y sin contaminar les acerque a conocerlos de cerca y a descubrir la persona que siempre hay detrás de la apariencia que proyecta. Y creemos que los más niños necesitan, todavía más que recibir este testimonio en primera persona, que sean sus adultos quienes lo hagan, porque serán ellos, familiares y profesores, quienes modelen su educación y quienes deban alimentarles un crecimiento alejado de prejuicios y etiquetas. Con todo, como era de esperar, y más siendo nuestro ponente Jacinto Ela uno de sus educadores, la charla resultó más que positiva y estimulante.
Al mediodía siguiente, entorno a los 250 alumnos, de entre 16 y 20 años, del CPIFP Bajo Aragón -Centro Público Integrado de Formación Profesional-, en Alcañiz, rozaron el lleno del muy amplio salón de actos del Instituto para compartir los mensajes y las reflexiones que siempre transcienden de quien imparte la conferencia, de sus circunstancias y de su realidad. Aquí siempre se ensaya un discurso que alcanza y atrapa al asistente por línea interna y directa, convirtiendo a cada uno, a cada vida de las presentes, en el centro neurálgico de esta iniciativa, que nace en unos pies y se aloja en la cabeza… En cada cabeza.
Alfonso Reyes
