Cooperando se educa mejor
La vida es una cooperativa. Debe serlo. Incluso en un escalón de la modernidad en el que tendemos a aislarnos los unos de los otros, el ser humano siempre necesitará complementar y ser complementado por sus iguales. Por eso debe serlo, porque somos imperfectos por nosotros mismos, hasta que nos sumamos para impulsarnos.
En la Ciudad Autónoma de Melilla, uno de los rincones menos conocidos y más recomendables de nuestro país, la Cooperativa de Maestros (Comamel) celebró, a principios de abril, el 32 aniversario de una aventura que asumió la titularidad y la construcción del centro Enrique Soler: una referencia educativa en un lugar mágico, donde la tolerancia y la convivencia entre distintas culturas debería inspirar a una sociedad acostumbrada a sospechar del diferente.
Un centenar de personas acudieron al recinto V Pino, anexo al aeropuerto, para conmemorar un nuevo cumpleaños que educa desde el ejemplo: cooperando. Porque sólo cooperando nos acercaremos a la perfección. De los pies a la cabeza.